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Junio de 2023, el mundo mira de nuevo a Cupernico y escucha a Tim Cook proclamar “ciertos productos… cambian la forma en que vemos la tecnología”, presentando su Vision Pro. Un visor para realidad virtual y aumentada, que según sus palabras es “el producto más ambicioso que jamás hayamos creado”. Viniendo de Apple es una gran llamada de atención.

La cuestión es, ¿será verdad y el producto vendrá a revolucionar el mundo como lo hizo con el iPod o, el iPhone? o ¿será un fracaso como en su momento lo fueron Apple Newton o Quicktake? La respuesta no es sencilla a no ser que hayas viajado al futuro o seas adivino. Simplemente, en este momento solo podemos intuir algunos elementos que nos indican si podría correr la misma suerte que las Google Glass o Meta. Arriesgando mucho, apuesto a que va a correr mejor suerte y dentro de unos años, aunque evolucionado, el producto de Apple seguirá existiendo.

¿En qué soporto esté pronostico?, en la propia marca Apple y en la estrategia que infiero respecto al producto que supera la tecnología para tratar de ser un elemento de la vida cotidiana de las personas. Esto intuyo es solo el primer paso en la construcción de algo mucho más grande. Apple, ha desarrollo un “nuevo” concepto espacial que combina los mundos virtual y real, enfocándose en el valor para el cliente muy en línea con lo que ha sido su visión de marca desde sus principios, “humanizar la tecnología”.

Aunque soy de la opinión de que, no necesariamente, “si un producto es el primero, tendrá éxito”. De hecho, suele ser, al contrario, el primero arriesga y muchas veces se adelanta al mercado. Apple no creo la primera tableta, ni si quiera la segunda y Google no fue el primer motor de búsqueda. La vida es injusta, seguramente no te hagas famoso por ser el primero en algo, pero si ya eres famoso no necesitas ser el primero para tener el protagonismo. En este caso Apple tiene el protagonismo y aun no siendo el primero, su aproximación desde el lado del consumidor sí es novedoso lo que hace pensar que podría funcionar.

Lamentablemente tampoco se puede que “si un producto es bueno, tendrá éxito”. Esto es descaradamente falso. De hecho, los buenos productos tienen la misma probabilidad de fallar que los malos. Betamax, Macinstosh, Windows Phone, entre otros lo demuestran, eran mejores producto sin embargo fracasaron frente a productos menores. En este caso, no sé cómo será Vision Pro, pero estoy seguro de que cuando la compañía ha apostado como lo ha hecho no es un simple prototipo así como lo fueron las Google Glass, que se suponía cambiarían las reglas del juego cuando se presentarón en 2013.

Tampoco es cierto “las grandes marcas siempre tendrán éxito”. Este mito se puede desmontar con unas cuantas palabras: Google+, New Coke o Apple Newton, de la propia compañía. Ninguna empresa es lo suficientemente inteligente, sabia o grande como para ser inmune al desastre. De hecho, a medida que las marcas se hacen más grandes y exitosas, también se vuelven más vulnerables y expuestas. En este caso, el ser parte de Apple no le garantiza el éxito prueba de ello es la multitud de productos de la marca que fracasaron, tal como tengo recogido en mi libro “Serendipity Brands”, antes ser la valiosa marca que es. De hecho, la propia marca a través de las expectativas de ventas que ha comunicado para el primer año, unas 200.000 unidades, esta indicando el orden de magnitud del lanzamiento. Una gota en el mar si comparamos con las ventas de más de 72 millones de iPhones solo en 2022. Esto podría estar indicando un primer fracaso comercial, sin embargo, creo que lo que esta haciendo es comunicar el inicio de algo.

Ahora vayamos a lo práctico, ¿de qué estamos hablando? unas “gafas de esquí” que cuestan unos 3.500 dólares y permiten vivir e interactuar tanto el mundo real como virtual. A priori es algo que suena extravagante, a las que la propia marca no les ve un largo recorrido en ventas. Sin embargo, lo lanza y está convencido que en el medio y largo plazo será un éxito.

Apple en lugar de optar por un sistema cerrado, un mundo virtual completamente inmersivo, tipo Meta, ha optado por “no encerrar” a las personas. Un enfoque filosófico diferente en comparación con los competidores. Lo que se resume en una declaración de Tim Cook “Nos encanta hacer productos geniales que realmente enriquezcan la vida de las personas. Nos encanta integrar hardware, software y servicios a la perfección. Nos encanta hacer que la tecnología sea más personal y permitir que nuestros usuarios hagan cosas que nunca podrían haber imaginado”.

No hay más que ver video de presentación del producto, para ver como a través de la perspectiva en primera persona se combina magistralmente lo virtual y lo real, presentando la multitud de posibilidades que ofrece en el día a día de un usuario yendo mucho más allá de la tecnología. Aunque, por supuesto, es necesario ver mucho más y detalles concretos, el escenario que presenta perfectamente coreografiado es muy alentador.

Este mismo video ya nos da una primera pista que me parece de interés, su modelo de económico que no pasa por la venta de dispositivos si no por la monetización de su “ecosistema” que caracteriza a la compañía. El Vision Pro es caro pero la estrategia de Apple en este momento está más enfocada en monetizar y fidelizar una audiencia de altos ingresos que vender millones de unidades. Todos sabemos que el imperio de Apple se construyó primero con un hardware excelente que supo fortalecer con un ecosistema de software exitoso basado en la usabilidad y la humanización. El nuevo producto encaja a la perfección en este enfoque.

Al igual que el iPhone el nuevo producto parece abordar lo que quieren los usuarios creando interfaces que hacen que las interacciones sean muy sencillas. Así mismo, el iPhone ofreció un ecosistema valioso, ya que millones de personas pagan mucho dinero por las aplicaciones y los servicios de la plataforma, lo mismo que probablemente trate de hacer con el Vision. Por tanto, mi sospecha es que, aunque le cueste y quizás tenga una evolución no lineal, se acabara haciendo un hueco en la vida de algunas personas.

El principal riesgo, desde mi punto de vista, vendría de la falta de aplicaciones “valiosas” que nutran el sistema, cuestión que viniendo de la marca de la que viene no parece vaya a ser un problema.

A modo de recordatorio y por no dar por bueno mi pronóstico de su éxito a medio y plazo, del cual no estoy completamente seguro, me voy a permitir mostrar algunos productos de la marca que no tuvieron éxito y como estos fracasos mostraron el camino a algunos de los productos más exitosos de la historia como el iPod o el iPhone. Aunque hoy nos parezca increíble, uno de los primeros fracasos de Apple fue el precursor del MacBook, efectivamente el Mac Portátil lanzado en 1989 y retirado del mercado un año más tarde. Una de sus primeras inclusiones fuera de la categoría de los ordenadores personales fue en 1993, Apple Newton un dispositivo PDA, en colaboración con Motorola, que fue uno de los primeros con capacidad de reconocimiento de escritura precursor de las plataformas posteriores del iPhone, iPod e IPad que a pesar de durar cinco años en el mercado fracaso frente a Palm. Un año más tarde, lanzo las cámaras Apple QuickTake fabricadas por Kodak y fabricada por Fujifilm que hoy nadie recuerda. En esas años también se asoció con Bandai para lanzar la consola Apple Pippin, un producto destinado al fracaso al tener que competir con las increíblemente Sony PlayStation y Nintendo 64. Estos son algunos ejemplos de errores que sentaron las bases de los exitosos productos actuales y de su estrategia.

En conclusión, en mi opinión va a ser fascinante el camino que tenemos delante con Apple y ver si tiene éxito donde otras compañías han fallado, convirtiendo este producto en un objeto de deseo para todos reforzando aún más la marca como una lifestyle brand única que trasciende la tecnología.

Si al final no surge la magia y acaba en fracaso, habrá que recordar a Steve Jobs, “la muerte es muy probablemente el mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida, aparta lo viejo para dar paso a lo nuevo”. Lo cual básicamente, nos está diciendo, como defiendo en mi libro, la importancia del error y el azar en la construcción de grandes marcas.

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