La evolución o revolución necesaria en la empresa para que cada día sea capaz de ajustarse a lo que le demandan para el éxito, pasa por innovar, por asociarse con el cliente, por implementar una gestión cada vez más eficiente y eso puede aparecer por generación espontánea en la organización, pero no es lo más frecuente. Se necesita el impulso desde los profesionales y la decidida predisposición de la organización para que esto se dé.
Muchas empresas están apostando por el profesional intraemprended@r a la hora de contratar o de reorganizarse, para intentar ganar competitividad. Se suelen buscar profesionales que tengan el arrojo, la predisposición, la actitud y la aptitudes adecuadas para emprender dentro de la propia organización. Figura muy interesante esta y que está generando magníficos resultados en las empresas que están completando el proceso de manera exitosa. Y es que el emprendedor es un perfil no frecuente y que cuando se encuentra, habitualmente suele tener el anhelo de trabajar para sus propios intereses y no para una empresa con todo lo establecido que posee.
Al igual que la figura del emprendedor, otras empresas están haciendo un trabajo arduo por la consolidación de la figura del agente del cambio. Este perfil es diferente al del emprendedor, aunque pueden coincidir en ciertas personas, el agente del cambio es un profesional que pone en tela de juicio todo lo que se hace para poder mejorar, el emprendedor es más un profesional con vocación de liderar y desarrollar nuevos proyectos para la empresa. El agente del cambio trata de cambiar, evolucionar o modificar lo que se esta trabajando.
Ambos profesionales, si la emprensa pretende lo que anunciábamos en líneas anteriores y que son causa de una mayor competitividad para la organización, es decir innovar, hacerse socios de los clientes, fomentar e implementar la gestión más eficiente posibles, si se pretende todo esto, estos profesionales tanto los emprendedores, como agentes del cambios, se me antojan como imprescindibles en los tiempos que corren. Unos por el arrojo y capacidad para desarrollar nuevos proyectos, otros por su tenacidad y aptitudes para hacer mejor las cosas a través del cambio. Lo ideal es que convivan estos perfiles en una misma empresa, e insisto, en que no tienen por qué coincidir en el mismo profesional, pero son perfiles en la actualidad que están generando mucho valor corporativo, de marca y a nivel interno en la empresa.
¿Dónde se ubican estos profesionales dentro de las áreas de la empresa?
Pues en primer lugar para que estos perfiles (que no lo tienen nada fácil en todas las empresas para desarrollar su trabajo por las trabas propias de la costumbre o lo que llaman “prudencia”) rindan al máximo nivel, es decir, para que el impacto de su trabajo sea considerable, en primer lugar la alta dirección los tiene que asumir como profesionales imprescindibles y dotarles con el nivel de autoridad o jerarquía suficiente para poder hacer su trabajo, si esto no es así, se convertirán en “perfiles raros” que deambulan por la organización, la mayoría de las veces solo generando problemas. Por lo tanto si el/la CEO no cree y apuesta de forma real por estos perfiles o los responsables de áreas no dejan el margen suficiente de espacio y decisión para que hagan lo que tienen que hacer y para lo que se les contrataron, entonces no funcionará, sin embargo, si esta apuesta se convierte en una arma estratégica no solo a nivel de recursos humanos para la contratación de estos perfiles, sino a nivel corporativo para que desarrollen su trabajo en la compañía, serán elementos generadores de competitividad, sin duda.
En mi opinión estos profesionales tanto los intraemprendedores como los agentes del cambio, se pueden ubicar en cualquier área o función de la empresas, sin embargo también estoy convencido de que el lugar más recomendable para su ubicación funcional es marketing. Siempre he creído que los profesionales de marketing son los más proclives para que se les adjudicara este rol de emprender y de actuar en función al cambio en la empresa. ¿La razón?, pues porque son los que más información manejan de los clientes en particular y de los mercados en general, así como conocen los recursos que posee la empresa para conquistarlos, por lo que es la función perfecta para que se ubiquen los profesionales con inquietudes por emprender y un magnífico “lugar” dónde visualizar e interiorizar en el ADN de la organización el cambio como algo natural, habitual, necesario y admitido sin miedos.
Obviamente marketing será buen destino para estos perfiles siempre que marketing como departamento, función tenga dentro de la empresa el rol, la autoridad, el peso corporativo suficiente y la capacidad para que tanto intraemprendedores y agentes del cambio puedan conseguir sus objetivos, si esto no es así, busquemos otra ubicación para estos profesionales. Marketing es una función magnifica, la más adecuada para intraemprender y para generar cambios siempre que se den las condiciones adecuadas, con estas, se estará en disposición de obtener una mayor competitividad para la compañía.