El gasto de los hogares en los supermercados ha aumentado un 12% como consecuencia de la inflación. Los precios de los productos básicos han subido de forma incontrolada, y las compras de alimentos de marca blanca han aumentado en consecuencia. La compra de productos de marca blanca en tiempos de crisis ha alcanzado un máximo histórico. Según el estudio de Nielsen IQ, la alimentación aportó el 49,4% del valor de la compra en junio. Los consumidores han cambiado sus preferencias de compra debido a la inflación, según la consultora. El porcentaje de marcas blancas en el mercado de bienes de consumo es del 41,8% en general, incluyendo alimentación, farmacia y perfumería.
Antes de la pandemia, las marcas blancas representaban el 25% de la cesta de la compra. Los consumidores se concentran ahora en las reducciones de precio y las promociones más que en la cantidad de la cesta de la compra. Después de la pandemia, los consumidores tienden a optar por cestas de la compra más sencillas y se interesan menos por los productos únicos. En consecuencia, las marcas de la distribución experimentaron un aumento del 17,1% del gasto, frente al 7,9% de las marcas de fabricante, según indica Nielsen IQ. Como consecuencia de la guerra de Ucrania, que aún no ha terminado, la inflación está aumentando en todo el mundo, según Nielsen IQ. La causa es el aumento de los costes de producción y la prolongada tensión económica.
Los consumidores reaccionan ante la crisis recortando el gasto y optando por marcas o productos más baratos
Según las conclusiones del informe de McKinsey & Company “El pulso del consumo 2022” (Consumer Sentiment 2022) del que ya conocíamos detalles el pasado mes de mayo, la mayoría de los españoles se mostraba ya pesimista sobre la situación económica en aquel momento. Así lo manifiestaba un 67% de los consumidores mientras que un 42% destacaba también una visión negativa sobre la recuperación económica a futuro, con una creciente preocupación sobre la inflación, la guerra en Ucrania y el desempleo. Este porcentaje suponía un aumento del pesimismo sobre una tendencia que parece mantenerse ejerciendo cambios significativos en las compras de los consumidores.
Según el estudio, los españoles son los consumidores más pesimistas en cuanto a la valoración de la economía, por delante de Italia (63%), Reino Unido (61%), Francia (58%) y Alemania (55%). En el otro extremo está el 14% de los consumidores en España que se muestra optimista acerca de la recuperación económica, un porcentaje que queda lejos del 33% expresado en octubre del 2021.
Los consumidores han cambiado sus hábitos de compra para “adaptarse a la situación”, ya que las subidas de precios no se han controlado con medidas económicas. La marca blanca ha ido ganando cuota de mercado mes a mes como consecuencia de esta tendencia. Según Nielsen IQ, los bienes de consumo vendidos en el mercado español han subido un 11,5% en valor (hasta los 4.453 millones de euros) y sólo un 1,4% en volumen (debido a la subida de precios de los productos) en el último año. Los ahumados (53%), el aceite (51%), la margarina (40%), la mantequilla (31%) y la pasta (30%) son los productos que más han subido de precio respecto al año pasado. Las leches y batidos (15,3%), los alimentos secos (15,2%), los platos cocinados y precocinados (13%), los quesos (9,6%) y las conservas (9,2%) son bastante más caros, al igual que los alimentos secos (15,2%).
En este sentido, Pedro Reig, director de Asucova, afirma que los supermercados están ofreciendo más productos de marca blanca. Los supermercados todavía no son tan populares para las marcas blancas como en Inglaterra, pero las ventas han aumentado mucho debido a la inflación. Los distribuidores están teniendo éxito con sus propias marcas, por lo que los consumidores disponen de una gran variedad de opciones. La incertidumbre prevalece en los próximos meses, y el sector prevé que la inflación empiece a disminuir a finales de año. Sin embargo, la invasión de Ucrania es crítica.