Una de las fuentes más conocidas para la composición de libros es la Garamond. Apuesto a que has oído hablar de ella y en varias ocasiones.
Un hecho curioso se da cuando el cliente me dice: “Me gusta la Garamond para mi libro”. Y, tras esta afirmación, lanzo: “¿Cuál de todas ellas?”. Por lo general, sobreviene un momento de sorpresa y a veces incluso silencio.
Esto se debe a que son muchas las fuentes Garamond en el mercado y, si bien hay aspectos comunes entre ellas, también cuentan con características que las hacen únicas.
En esta entrada encuentras un detalle de las fuentes Garamond más conocidas para que elijas la más adecuada para tu libro en función de las peculiaridades que cada una tiene.
Garamond: el origen
Garamond —también conocidas como Garamont— es un grupo de tipos o familia tipográfica creada en París por el grabador de punzones y matrices Claude Garamond en la primera parte del siglo XVI. Se considera que tomó como base para producirla el libro De Aetna, de Aldo Manucio.
Los tipos diseñados durante los siglos XVI y XVII se conocen como garaldas, romanas antiguas o de estilo antiguo. Son menos dependientes del trazo caligráfico de los tipos humanísticos y, por ello, son más ligeras y legibles.
Con serifas de estilo antiguo, pero más estructurada y vertical, el tipo de Garamond tuvo gran éxito y se convirtió en un estándar en el siglo XVII.
A pesar de ser tan conocida y su relevancia histórica, la Garamond original fue debidamente identificada recién a finales del siglo XIX y principios del XX. Las fuentes Garamond vivieron su primer renacimiento después de la Primera Guerra Mundial.
A partir de entonces se crearon diferentes versiones de la tipo Garamond. A su vez, con la llegada de los ordenadores, estas fuentes pasaron a ser digitales.
Personajes como Aldus Manutius, Francesco Griffo, Robert Estienne y Robert Granjon, entre otros, tuvieron mucho que ver en el desarrollo de la familia Garamond.
Garamond, más que una fuente, es un grupo de muchos tipos con serifas: un estilo tipográfico.
Si quieres saber más sobre el origen de esta fuente y cómo surgieron otras variantes, visita estos enlaces:
Las fuentes Garamond: versiones de la primigenia y más
Los caracteres de la gran familia de fuentes Garamond presentan algunas características comunes, como el largo de las astas ascendentes y las descendentes y la inclinación de las mayúsculas en la variante en la cursiva, que es menor que las minúsculas.
Si bien las nuevas versiones están inspiradas en el estilo antiguo de la original, cada una cuenta con un diseño específico.
La propia tecnología de la época en la que se creó la fuente —la impresión con tipos de madera o metal— impedía el uso de variantes (semibold, ultralight, etc.). Hoy, con la digitalización de las fuentes contamos con un amplio abanico de variantes de una misma fuente.
En el mercado tipográfico podemos encontrar decenas de versiones de Garamond. Algunas se han diseñado con más o menos fidelidad a la original, y con mayor o menor acierto.
De estas fuentes Garamond, algunas son gratuitas y otras de pago mediante compra directa o suscripción.
Cabe mencionar que diseñar una tipografía es un proyecto que demanda meses e incluso años de trabajo. No solo se debe a la creación del alfabeto, sino a muchos otros caracteres. Además, en el mundo hay muchos idiomas que no usan alfabetos latinos, por lo que se precisa diseñar más glifos.
En el apartado “Criterios técnicos” de este curso se explica con claridad la cobertura de idiomas y el desarrollo tipográfico para diferentes lenguas.
Qué tener en cuenta para elegir una de las fuentes Garamond
Muchos libros están maquetados una fuente Garamond, ya que es una clase de letra que se presta muy bien para el cuerpo del texto.
Los aspectos mínimos a considerar para seleccionar una fuente son:
— Jerarquías del texto con el que trabajaremos: cuerpo, títulos, notas, epígrafes, destacados, tablas, uso de florituras, etc.
En una novela o una antología de cuentos hallamos menos jerarquías de párrafos que en una enciclopedia ilustrada. Varios libros de no ficción también tienen listas, viñetas y destacados o frases además del cuerpo principal.
— Cantidad de variantes que precisaremos: las básicas, como redonda y cursiva o, también, medium, semibold, ultrathin, light, etc.
Por ejemplo, para una novela nos bastará con una Garamond que tenga redonda y cursivas, tal vez negritas también. Sin embargo, para un libro científico o técnico necesitaremos alguna Garamond con más variantes para emplearlas en los diversos niveles de textos y los elementos gráficos.
— Combinación: si habrá otra fuente en el libro y, si así es, cómo casa con la Garamond.
Se puede diseñar y maquetar perfectamente un libro con una sola fuente y sus variantes. No es preciso combinar dos (o tres) fuentes, pero si se hace hay que hacerlo con criterio.
— La extensión de la obra: cincuenta mil palabras frente a un millón doscientos mil hacen mucha diferencia.
Si la obra ocupará cientos de páginas, decantarse por una Garamond que no sea ancha, robusta, será un acierto. Por otro lado, una de trazos finos implica usar cuerpos de letra mayor y en un libro muy extenso hará que la cantidad de páginas se dispare.
Veamos ejemplos concretos sobre cómo se comportan las diferentes fuentes Garamond en un texto.
Análisis de las fuentes Garamond aplicadas a un texto
La redonda es el estilo que más emplearemos en cualquier publicación. Le siguen la cursiva, ganando por goleada a la versalita y la negrita; última en la cola queda la negrita cursiva.
En la siguiente imagen se muestra un pangrama para presentar ocho tipos de fuentes Garamond. Aprecia las diferencias:
Las cinco primeras de la imagen mantienen cierta similitud en cuanto al espacio que ocupan en una línea, no así las tres últimas; menos la ITC Garamond Std, que resalta considerablemente sobre las demás.
La ITC Garamond Std tiene una altura de x (el alto de las letras minúsculas) elevada, proporciones amplias, trazos gruesos y formas más exageradas. Estas características no la hacen adecuada para una obra con muchas palabras o caracteres.
Tampoco lo son la Stempel ni la Simoncini. Al contrario, si lo que deseamos es que un libro acabe con más páginas, estas fuentes Garamond son buenas elecciones.
En el extremo opuesto al grosor de los trazos —peso en lenguaje tipográfico— a la ITC hallamos la Cormorant. Sus trazos finos hacen que el color de la página sea de un gris más claro que las demás tipos.
Sin embargo, la Cormorant no es la Garamond que menos espacio ocupa. Aquí ganan la American BT y la EB, cuyos caracteres concatenados se distribuyen mejor en un párrafo y llenan un volumen menor.
La delgadez de los trazos de la Cormorant puede aportar cierta dificultad a la lectura, sobre todo en una pantalla. Sin embargo, este mismo detalle le confiere cierta elegancia frente a otras fuentes. Habrá que prestar mucha atención al cuerpo de la letra para garantizar la legibilidad.
Supongamos que necesitamos varios estilos de una misma fuente para distribuirla en distintas jerarquías de párrafos. Aunque se trate de un libro más o menos complejo, la retícula demanda cierto juego tipográfico y necesitamos más estilos de la misma Garamond.
En este caso podemos echar mano de cuatro Garamond: la Cormorant, la EB, la Stempel y la ITC; siempre teniendo cuidado con esta última.
Una gran ventaja de la Cormorant y la EB es que son gratuitas y de código abierto. En tanto no precisemos muchos estilos, con estas dos fuentes se puede diseñar y maquetar un libro con soltura.
Cantidad de páginas de un libro y color tipográfico de una página
Para saber aproximadamente cuántas páginas tendrá un libro puedes recurrir a diferentes estrategias. Una manera rápida, que también ayuda a apreciar el color tipográfico que tendrán las páginas, es la siguiente:
1. Coloca todo el texto en la plantilla, archivo o maqueta en la que trabajarás el libro.
2. Aplica al texto la fuente que desees y ajusta el cuerpo y el interlineado. (Hazlo en bruto, sin reparar en resaltes tipográficos, ni espacios entre títulos; tampoco prestes atención a las páginas en blanco).
3. Fíjate cuántas páginas ocupa la obra; suma otras veinte y obtendrás un valor.
Esta suma no es una cifra exacta, pero sí bastante aproximada, con un margen de error reducido. Es un número cercano porque aún no sabes, por ejemplo, si entre capítulo y capítulo habrá que dejar una página en blanco. O si algunas imágenes que terminarán abarcando más espacio del destinado a ellas inicialmente.
Por otro lado, este ejercicio ayuda a evaluar cómo se verá el recuadro o caja tipográfica una vez cubierta. Es decir, la cantidad de tinta que tendrá una página impresa, su color. Si esta se percibirá como ligera o más bien compacta, con un gris más oscuro o más claro.
La textura de una página no solo depende del tipo de fuente, sino también de su tamaño e interlineado; además de la clase de retícula si es un libro complejo. Esta mancha se llama color y se refiere al nivel de negro u obscuridad que tiene una página impresa.
En la siguiente imagen todos los párrafos tienen 12 pt de cuero e interlineado de 14,4 pt. En ella apreciamos cómo cada fuente Garamond crea un propio color.
Analiza lo que observas y saca tus propias conclusiones.
Rebusca, prueba, experimenta…
Como señalé más arriba, el estilo que predomina en una publicación es la redonda (Roman, Book, Regular, Normal); luego la cursiva, la versalita, la negrita y la negrita cursiva.
Las versalitas y las cursivas tienen usos lingüísticos específicos y podemos echar mano de ellas también como recurso estético.
La negrita y la negrita cursiva son de uso cada vez más común en libro de no ficción, pero no en novelas. En parte, su auge se debe a la influencia de la redacción web en la escritura de libros.
Cuando compares fuentes Garamond no solo hazlo con sus redondas, ya que las cursivas y las negritas pueden sorprenderte. Las negritas (bold) de Adobe y de EB nada tienen que envidiar a la negrita de ITC en cuanto a presencia.
Ciertas cursivas pueden gustarte más que otras debido a su inclinación. Por ejemplo, la Cormorant tiene un desvío menos pronunciado que las demás fuentes Garamond. O la diferencia de esa inclinación entre las mayúsculas y las minúsculas, que en la Stempel es más notoria.
Por otro lado, debes reparar el espacio que llenan de las líneas. Las cinco primeras Garamond en redonda ocupan prácticamente el mismo espacio, mientras que en su variante cursiva la segunda, la tercera y la quinta se reducen.
Tampoco dejes de revisar otros caracteres y signos del alfabeto, los números y los demás glifos que ofrece la tipografía. El set tipográfico puede ser amplio, pero también tener limitaciones según la cobertura de idiomas que posea la fuente.
Si trabajarás un contenido con cifras, como un libro de historia, tal vez te interese usar los de estilo elzeviriano; no así si tienes que componer tablas con muchos números.
Hay ligaduras y florituras muy chulas que puedes utilizar en tus libros. Tal vez no se presten demasiado para el texto principal, pero sí para aplicar en títulos o para ornamentar.
Por ejemplo, en Adobe, Cormorant y EB Garamond puedes escoger diferentes glifos para presentar una Q mayúscula. Uno de ellos tiene una cola bien pronunciada, que se denomina swash. Esta floritura tipográfica también podemos apreciarla en otras letras de estas fuentes.
Algunos caracteres, como el ampersand, o ligaduras, como ch, presentan una personalidad singular. Lo mismo sucede con ciertos adornos que pueden resultarte útiles para engalanar tu libro o usar una capitular con gracia.
Una advertencia
No se trata de aplicar estos atributos con un clic en los botoncitos que Word u otro procesador de texto nos facilita. Esto es un forzamiento, por las malas, de las redondas. Existen archivos diferenciados para cada estilo y versión de fuente digital.
En la composición profesional de libros no se emplean estos modos forzados. Por tanto, debe utilizarse una EB Garamond Bold Italic, y no una EB Garamond Regular con la negrita y cursiva activadas.
Tres ejemplos en libros impresos
A continuación puedes apreciar tres composiciones de libros hechas con diferentes fuentes Garamond.
Cormorant Garamond en La vida no m’ha fet mal: Converses amb Mercè Riera Manté, de Eulàlia Ventura i Serra.
La novela Centennials 2047, de T. G. Silversmith, se maquetó con Adobe Garamond Pro.
EB Garamond en Hawaii: una historia. De Hernán Cortés a los últimos de Filipinas, de José Ramón Herrero, de próxima aparición.
¿Cuál de todas las fuentes Garamond te gusta más? ¿Cuál de ellas has usado en tus libros?
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